La vida puede tornarse cáustica y diabólica.
Mencionaba el filósofo Arthur Schopenhauer, quien aprendió de Buda sobre la máxima “La vida es dolor y sufrimiento”, que en principio no guarda ningún tipo de falsedad, pues la vida si la observamos desde una perspectiva neutral se trata de eso, dolor, supervivencia (Si no crees eso observa la naturaleza, observa como un león se come vivo a un antílope).
Puedes fruncir el ceño y negarte, puedes adular sobre otras perspectivas, puedes vociferar actos de compasión, pero realmente no encontrarás falsedad en aquella máxima y más si le agregamos “el deseo” en la ecuación (ya que los deseos del hombre son infinitos).
Mi afán no es convencerte sobre el dolor en el sistema, mi afán es darte destellos de luz hasta que decidas quitarte la venda, hay algo imprescindible en la experiencia… es el dolor.
Tú decides cómo utilizarlo.